Detrás de cada taza de café colombiano hay una historia de dedicación, tradición y calidad. El proceso del café colombiano es reconocido mundialmente por su meticuloso cuidado en cada etapa, desde la siembra hasta la exportación. Esta cadena de trabajo no solo garantiza un sabor excepcional, sino que también refleja el compromiso de miles de caficultores que trabajan con pasión en las montañas del país.
A continuación, te llevamos a recorrer cada fase de este viaje aromático que hace del café colombiano uno de los más valorados en el mundo.
Cultivo del Café en las Tierras Colombianas
El proceso del café colombiano comienza en las regiones montañosas del país, donde los suelos volcánicos, el clima templado y la altitud —entre los 1.200 y 1.800 metros sobre el nivel del mar— crean condiciones ideales para el cultivo de café de alta calidad.
La variedad Arábica, predominante en Colombia, es conocida por su suavidad y perfil de sabor balanceado. Las semillas se siembran en viveros hasta que alcanzan el tamaño adecuado para ser trasplantadas a los cafetales. Allí, las plantas crecen protegidas bajo árboles de sombra, lo que no solo favorece la maduración lenta del grano, sino que también promueve la biodiversidad en las fincas cafeteras.
¿Quieres conocer más sobre la variedad Arábica? Lee nuestra guía: Variedades de Café Arábica: Guía para Amantes del Buen Café
Cosecha y Recolección Manual
Una de las fases más meticulosas y distintivas del proceso del café colombiano es la cosecha, la cual se realiza de forma manual y selectiva. A diferencia de métodos mecanizados usados en otros países productores, en Colombia predomina la recolección selectiva, donde los caficultores eligen únicamente las cerezas maduras, asegurando un grano de calidad desde el origen.
Este procedimiento no solo exige habilidad, sino también conocimiento y experiencia por parte de los recolectores, quienes deben distinguir visual y táctilmente entre los distintos grados de madurez. Este nivel de cuidado es uno de los factores que ha posicionado al café colombiano como uno de los mejores del mundo.
Recolección por pasadas y maduración óptima
Dado que los frutos del cafeto no maduran de forma simultánea, los recolectores realizan varias pasadas por los mismos árboles durante la temporada de cosecha. Este método permite obtener granos con el punto justo de maduración, lo que se traduce en una taza más equilibrada, aromática y con mejor cuerpo.
Además, la recolección manual reduce la posibilidad de mezclar cerezas verdes o sobremaduras, un aspecto crucial para preservar la consistencia sensorial del café en procesos posteriores como el secado y el tostado.
Transporte al beneficio y preparación húmeda
Una vez recolectadas, las cerezas se transportan cuidadosamente hasta estaciones de beneficio, donde comienza el siguiente paso del proceso: la separación de la pulpa y el inicio del tratamiento húmedo tradicional colombiano.
Este método, ampliamente reconocido por conservar la integridad del grano, incluye procesos de fermentación y lavado que impactan directamente en el perfil final de sabor. Puedes conocer más sobre esta etapa en nuestra guía sobre cómo es el proceso del café en Colombia, donde explicamos a detalle cada paso del camino desde la finca hasta la taza.
Secado y Almacenamiento del Café
Tras el beneficio húmedo, los granos de café deben pasar por una etapa clave dentro del proceso del café colombiano: el secado. Este paso es fundamental para preservar los atributos sensoriales del café y evitar fermentaciones indeseadas que puedan afectar su calidad.
Métodos tradicionales y control de humedad
En muchas fincas cafeteras, especialmente en zonas con climas secos y soleados, el secado se realiza de forma tradicional. Los granos se esparcen en patios al aire libre o en camas africanas elevadas, permitiendo una ventilación uniforme. Durante varios días, se remueven manualmente para asegurar que la humedad descienda de manera pareja hasta alcanzar entre 11% y 12%, el nivel óptimo para su conservación.
En zonas más húmedas o durante épocas de lluvia, se utilizan secadores mecánicos o “guardiolas” que controlan la temperatura y garantizan un secado estable, sin comprometer la calidad del grano.
Almacenamiento responsable
Otro de los elementos importantes del proceso del café colombiano radica en el almacenamiento. Una vez secos, los granos se almacenan en sacos de yute, depósitos frescos o silos diseñados para controlar la humedad y evitar la contaminación cruzada. Este almacenamiento intermedio es vital para que el café mantenga sus propiedades hasta el momento del trillado, la siguiente etapa del proceso del café colombiano.
Trillado y Clasificación: Garantía de Calidad
Una vez que el café ha reposado adecuadamente, entra en la fase de trillado, donde se eliminan las capas externas que aún lo protegen. Esta etapa es esencial para preparar el grano para su comercialización, tanto nacional como internacional, y es una de las más técnicas del proceso del café colombiano.
El proceso del trillado
Durante el trillado, los granos se someten a un proceso mecánico que remueve el pergamino seco y la cáscara plateada, revelando el café verde (o “oro”). Esta labor se realiza en instalaciones especializadas llamadas trilladoras, que cuentan con maquinaria diseñada para mantener la integridad del grano sin dañarlo.
Una vez obtenido el grano limpio, este se somete a un pulido opcional y se prepara para la clasificación.
Clasificación por calidad
La clasificación es un filtro de control que determina cuáles granos cumplen con los estándares de calidad para la exportación. Se utilizan máquinas cribadoras que separan los granos por tamaño y densidad. Además, algunos lotes se inspeccionan manualmente para eliminar granos defectuosos, impurezas o cuerpos extraños.
Después, el café pasa por un proceso de catación profesional, donde expertos evalúan el aroma, sabor, cuerpo, acidez y posgusto. Solo los lotes que cumplen con los estándares del café colombiano de origen son seleccionados para exportación, protegiendo así la reputación del país como productor de café premium.
Tostado y Empaque: La Ciencia del Sabor en Cada Grano
En esta etapa del proceso del café colombiano, ocurre una verdadera transformación. El tostado del café no solo cambia el color del grano: desarrolla los aromas, sabores y matices que definen cada taza. Dependiendo del perfil que se desee obtener, se puede aplicar:
- Tostado claro: conserva la acidez y las notas frutales, ideal para catas profesionales.
- Tostado medio: el más común en Colombia, equilibra dulzor y cuerpo, resaltando las cualidades de variedades como el Café Typica y el Café Bourbon Rosado.
- Tostado oscuro: ofrece un perfil más amargo, con notas achocolatadas y ahumadas, utilizado en mezclas para espresso.
Si quieres conocer más sobre el proceso tradicional colombiano, te invitamos a ver este video: ” Como es el proceso del café de Colombia “
Exportación y Distribución
Una vez empacado, el café colombiano está listo para conquistar el mundo. La cadena de distribución comienza en las cooperativas cafeteras, sigue en los centros de acopio y finaliza en los puertos de exportación, como Buenaventura o Cartagena.
Colombia es el tercer exportador de café a nivel global, y el primero en la categoría de cafés suaves. Entre los más exportados destacan:
- El Café Excelso, clasificado por su tamaño y peso.
- El Café tipo exportación, con exigencias específicas para mercados internacionales.
- El Café Especial, con trazabilidad completa, procesos diferenciados y puntuación en catas superiores a 85.
Cada lote es sometido a estrictas pruebas de control de calidad y catación antes de salir del país. Esto asegura que el consumidor final reciba un producto auténtico, fresco y con sello colombiano.
¿Qué Hace Especial al Café Colombiano?
Lo que distingue al café colombiano no es solo la calidad del grano, sino todo el ecosistema humano, climático y cultural que lo respalda. Estas son algunas de las razones por las que es considerado uno de los mejores del mundo:
- Altitudes ideales: se cultiva entre los 1.200 y 1.800 msnm, lo que favorece un desarrollo lento del grano y una mayor concentración de azúcares.
- Diversidad genética: Colombia ha desarrollado variedades como el Café Castillo, Café Bourbon y la Variedad Colombia, adaptadas a las condiciones climáticas y con gran potencial sensorial.
- Recolección selectiva: a diferencia de otros países, la cosecha es manual y se recolectan solo las cerezas maduras.
- Procesos tradicionales y sostenibles: el beneficiado húmedo, el secado al sol y el uso de insumos orgánicos son prácticas comunes en muchas fincas del país.
Una Taza que Encierra Historia, Esfuerzo y Sabor
El café colombiano no es solo una bebida, es el resultado de una tradición viva que nace en las montañas y llega hasta tu taza. Más que un proceso productivo, es una cadena de pasión y conocimiento que se transmite de generación en generación.
Desde el cultivo en suelos fértiles hasta su exportación al mundo, cada grano refleja el esfuerzo de miles de caficultores, la riqueza del territorio y una cultura que hace las cosas con amor y excelencia.
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